Colombia es un país
en el que el ciudadano está expuesto a que lo pisoteen una y otra vez, casi
siempre con impunidad. Para comprobar esto sólo es necesario remitirse a los
abusos de taxistas, de empresas de telefonía o de internet, o simplemente a
senadores, como Juan Manuel Corzo, por nombrar alguno. Sin embargo, siempre
queda un espacio para la desigual pelea, un lugar en el que uno, como un enano,
intenta que de la nariz del gigante con el que pelea brote un hilo de sangre de
la nariz, luego del mini puño que uno alcanza a mandarle con más entusiasmoa que
fuerza. Sobra decir que no es necesario algo más que un puño entusiasta para librarse del abuso
miércoles, 21 de septiembre de 2011
lunes, 5 de septiembre de 2011
Ni amor ni amistad
Trato de ser un tipo cuidadoso con las palabras, por eso no ando diciendo que amo cualquier cosa, como dice ahora todo el mundo para todo. Así mismo no le digo amigo a cualquier hijo de vecino, y para mí ese dicho que dice que los amigos se cuentan con los dedos de la mano es una realidad. No soy una persona especialmente efusiva, pero trato de portarme bien durante todo el año con las personas que quiero y es por eso que el festejo en septiembre del “amor y la amistad” me resulta absolutamente vacío.
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