sábado, 6 de diciembre de 2008

Es que es el colmo

Al parecer la frase favorita de un colombiano que debe hacer filas para sacar certificados o hacer pagos, casi siempre en entidades estatales, o reclamar plata en DMG, es: es que es el colmo. Y es que la frase en si misma no es suficiente, es ahí donde la kinésica (comunicación que se da gracias a los movimientos corporales o a los gestos) desempeña un papel fundamental.

Estos son los pasos:


Paso 1: subir las cejas
Paso 2: apretar los labios
Paso 3: mover la cabeza horizontalmente en forma de desaprobación repetidamente
Paso 4: cerrar levemente los ojos y al mismo tiempo dejar salir un suspiro en tono indignado sin abrir la boca.
Paso 5: pronunciar por primera vez (porque luego se repite la mayor cantidad de veces posible) la recurrente frase: Es que es el colmo.
Paso 6: mirar a la persona más cercana para entablar conversación.

Es en ese momento donde cada paso es fácilmente identificable no solo en una sino, en el mejor de los casos, dos personas y casi siempre muchos más quienes en torno a su descontento y a las desgracias comunes entablan conversaciones. Yo no se si la soledad de las personas es tanta como para unirse con el primer aparecido para hablar, eso sí, sobre desgracias y descontentos. Es muy poco probable que un bonito día soleado inspire una conversación con un desconocido, pero en cambio todo lo que sea una queja convoca a multitudes ávidas de una buena charla pesimista.

Para la gente siempre es el colmo que la fila sea tan larga, que las personas que atienden vayan al baño, que no tengan más ventanillas, que no pongan sillas, que pongan televisor en la sala de espera, que no sintonicen el programa del Jotica, que cobren tanto, que los tengan de ventanilla en ventanilla, que la ficha para asignar turno tenga el número más grande, que no tengan un ventilador, que esta ciudad esté tan desorganizada, que el alcalde sea tan bruto, que el gobierno no haga nada, que Uribe sea el presidente, que transmilenio sea tan malo, etc, etc, etc.

No con esto pretendo desconocer el infierno que es hacer alguna diligencia burocrática que implique largas filas y tampoco pretendo pensar que lo mejor que le puede pasar a alguien es hacer dichas diligencias, pero sí creo que hacer amigos en esas filas en torno a la desgracia no soluciona el problema.

Por el contrario creo que la verdadera intención que tiene la frase "Es que es el colmo", es la de entablar alguna conversación con alguien en una ciudad hostil, porque la gente sabe que su inconformidad comentada con la persona del lado no sirve para absolutamente nada pero, aún así, la pronuncian hasta la saciedad. Al fin y al cabo el del lado está en la misma diligencia y con seguridad no le podrá resolver nada aparte de su reprimida e inútil intención de que alguien lo apoye en su queja.

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