lunes, 25 de enero de 2010

El des-Tino del Congreso


En este país desmemoriado que como tal goza de una constante pero falsa ilusión de progreso, y que se repite con más encanto que la inagotable "poesía" de Ricardo Arjona, un nuevo pero ya conocido punto de anclaje al pasado (o bien podría ser al futuro) surge por estos días cuando se comienza a hablar con más fuerza de los próximos candidatos a elecciones presidenciales y del Congreso.

Los protagonistas de esta nuevísima política lucen familiares, pues de hecho son los primos, hermanos, tíos, sobrinos, cónyuges, amantes, pero sobre todo ahijados, de aquellos prohombres que actualmente con abnegación sacrifican su libertad a cambio de prósperos cultivos de palma, democrático desarrollo en los hermosos y biodiversos campos de Colombia y una democrática seguridad que nos permite ver en las carreteras de Colombia a cheverísimos soldados sonrientes que estiran su pulgar a los viajeros, quienes orgullosos responden con el pito de su automóvil a la muy espontánea simpatía del ejercito.

Pero como no sería del todo justo que el sacrificio de los mártires nacionales encarcelados de manera infame sea echado al traste, es fundamental que alguien continúe tan noble labor por el bien del país, y quien mejor para hacerlo que aquellos que mejor conocen el trabajo arduo para jalonar el desarrollo del campo y generar millones y millones y millones y más millones de empleos para los desplazados, todo esto con el respaldo de los organizados, serios y cristalinos partidos políticos nacionales.

De esta manera, si nuestra reflexiva nación continua por el rumbo que ha llevado desde siempre, los destinos de este bello país de la pasión estará dirigido por lo más granado de la política nacional, con el invaluable refuerzo de la modelo-actriz-cantante-política y sobre todo poetiza Aura Cristina (el bizcocho con el 48); el siempre bacán y cara-de-presidente-de-junta-de-acción-comunal-de-barrio Javier Hernandez Bonnet; la estratega política que promete desnudarse en Soho si gana las elecciones, cuyo nombre sólo recuerda su familia; una buena camada de bendecidos y por encima de todo
humildes pastores cristianos que lucharán por la santificación de Colombia; Gitanillo de América (cuyo nombre real, Over Fresneda, es más artístico que el otro) quien seguramente prometerá torear la corrupción o algo así de novedoso, y como si lo anterior no fuera suficiente, la cereza de este delicioso postre político es el histórico goleador y experto tirador de armas de corto y largo alcance a caballo, Faustino Asprilla.

Esto sólo por hablar del Congreso, pues el tema presidencial es idénticamente distinto. Seguramente el país, provisto de su sabiduría de siempre, garantizará que no haya ninguna sorpresa y el galopante andar para salir del subdesarrollo continuará con más firmeza que nunca. Sin pretensiones de Armando Marti (el psíquico de la fiscalía), creo que este será el ya predestinado una y otra vez futuro de Colombia.