miércoles, 18 de noviembre de 2009

El capo de nuestra TV


Prender el televisor en una noche cualquiera y sintonizar los dos principales canales de TV, constituye un tedio difícil de comparar. Por un lado un capo, por otro otro, y por el otro, como para variar, otro. El hecho de que solamente uno de estos esperpentos se llame el Capo, el otro Las muñecas de la mafia o Pandillas guerra y paz, no constituye en si mismo una gran variación, por el contrario ver o escuchar tres segundos de estos desprogramas televisivos es lo mismo y nada a la vez.

Lo mejor de todo es que el culpable de esa avalancha de narcotráfico clichesudo, de sicarios galanes y "protagonistas de novela" tratando de hablar como pobres y de prepagos prepagos, es un ser venido de otro mundo.

Este hombre, que bien podría ser el hermano de Mr Spock, responde en la tierra al nombre de Gustavo Bolívar. No se equivocaron Los Simpson cuando en un capítulo los extraterrestres se apoderaron de Springfield simulando ser Bill Clinton y Al Gore en su faceta más idiota, lo cual era suficiente para dominar el mundo. En el caso que nos compete, el señor Bolívar, decidió hacer lo más obvio y malo, en un país donde todo está dado para que la sinvergüencería de la mediocridad sea un súper éxito.

Y así es reconocido este libretista por estos días, como un hombre que se apoderó de la tv con sus historias...valiente gracia! O si no que lo diga el presentador (¿u  odontólogo?) Marlon Becerra, quien tomándose su enmantecada melena pregunta con su tono trascendental sobre los soles y vientos que lo han impulsado para ser un fenómeno nacional...fenómeno, a pesar de todo, en el buen sentido de la palabra. En esta conversación entre Becerra y Bolívar, que bien podría confundirse con un encuentro de vendedores de San Andresito para jugar dominó, cualquier ingenuo que oyera el tono del entrevistador y el aire de genio humilde del entrevistado podría pensar que se trata de un guionista fuera de serie.

Sin embargo, este hombre venido de otro planeta, simplemente descubrió el agua tibia: para hacer una novela con rating se deben poner personajes que transfieran sus formas de hablar al usuario de buseta y se debe reflejar el sueño de todo compatriota por ser el más "avión", que además diga que pelea por los pobres y en contra de los ricos, a pesar de que ese mismo personaje sea el más rico marraneando a los pobres.

Este tipo de historias, además de ser amadas por unos, deben ser odiadas por otros, que por lo general son los que se escandalizan porque un personaje diga gonorrea, pero no se escandalizan porque ellos mismos lo sean o por la paupérrima calidad de las historias televisivas.

Mientras tanto el hombre venido de otro planeta, avanza de manera veloz y sin tropiezos en su camino para convertirse en un dominador de las mentes de esta tierra habitada por capos reales o en potencia, que al sentirse complacidos con la mala televisión, contribuyen con su difusa atención y mucha capacidad de admiración frente a todo lo que salga en TV, para que seamos dominados por este tipo de extraterrestres.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Un buen consejo, un mal concejo

Si algún día, sometiéndose a mi insensatez, alguien me pidiera un consejo, sin duda le diría que se metiera al Concejo. Un lugar en el que además de ganar dinero fácil sin hacer nada, podría reírse con solo atravesar la puerta de entrada.

En primer lugar, encontraría al elenco completo de Sábados Felices, quienes cuando intentan hacer reír solo generan ataques incontrolables de ira, pero por el contrario, cuando entran en la faceta de políticos, son mas torpes que cualquiera de los personajes que perturban las noches sabatinas desde hace no se cuántas décadas.

Pero hay un humor mucho mas fino que el de cualquier Hugo Patiño, Alfonso Lizarazo o Gorda Fabiola, hambrientos siempre de fama y por supuesto de dinero, y es el de aquellos que son originalmente encantadores de ciudadanos ávidos de un plato de sopa o de un buen trago de aguardiente con lechona en una tarde dominical de sudadera raída.

Una muestra de lo graciosa que puede ser una determinación de un Concejo, la dieron los "honorables", desocupados y descerebrados concejales de Pereira al declarar al arbitro de fútbol Oscar Julian Ruiz como persona non grata en la ciudad, luego de que suspendió un partido en Pasto después de que algún honorable, desocupado y descerebrado aficionado pastuso le rompió la cabeza a un asistente  arbitral. Los suspicaces concejales, decidieron que esto afectaba al dream team que tienen en esa ciudad en la ardua tarea de no ir a la vergonzosa segunda división, como si no fuera lo suficientemente vergonzoso estar peleando el descenso en este lamentable fútbol nacional

Otra perla que evidencia lo chistosos que son estos personajes, la descubrí la semana pasada cuando se me atrancó el desayuno de la risa tras ver a uno de los legisladores de la capital de este país dejando a un policía hablando solo, cuando este intentaba hacer cumplir la ley. El simpático concejal, aduciendo un afán por ir a trabajar -excelente chiste-, terminó su conversación con el agente, diciéndole que lo alcanzara en el Concejo, mientras huyó como un roedor pestilente por la vía exclusiva para Transmilenio. Este fugitivo es nada más y nada menos que el vicepresidente del honorable Concejo de Bogotá.

Así mismo, otro honorable y demente concejal del Polo, cogió a palo a su cuñada, quien en sus siete días de incapacidad luego de la golpiza, declaró que, al mejor estilo de Los Magníficos, el hombre llegó en su carro oficial acompañado por sus hermanos, listo para resolver el conflicto al mejor estilo de la calle...36 con 28A, donde se determinan los destinos de esta ciudad en obra negra.

Finalmente, la semana pasada también, los noticieros mostraron a un honorable, demente y cristiano concejal con cara de reparador empírico de computadores que fue acusado de matar a su esposa. No se sabe con certeza si este hombre sintió un irrefutable llamado de Dios para mandar a su esposa a mejor vida, luego de que ella lo descubriera dándole demasiado amor cristiano a otra mujer. Este asombrado concejal, probablemente se encuentre poniendo su granito de arena para hacer de los Concejos, el lugar ideal para despertar la risa de este país.

UNO DE LOS CUENTACHISTES