El pasado y presente de In-versión

Foto cortesía de Thorik

En diciembre de 2007, con pelos más cortos en la nariz y en las orejas, pero igual de insensato e ignorante que ahora, gracias a una generosa invitación de mi amigo Thorik, emprendí con emoción el traslado de mi antiguo blog -del 2006- al portal colombiano más visitado: eltiempo.com. Dejé de lado ese espacio solitario en Blogger para colarme como el buen sapo que lamentablemente para mí bolsillo no he podido ser en la vida real, en la página a la que los colombianos de bien le entregan su fe para que llene de información sus crédulas cabezas.

La experiencia fue muy reveladora, principalmente por la cantidad en algunos casos, y sobre todo por la calidad de comentarios recibidos por cada entrada (todavía habitan en la gran red y los puede ver en este enlace), que simplemente lo que hacían era confirmar lo dicho en cada una de ellas y por lo tanto despertar más de una miserable, amarga pero auténtica carcajada en mí. Fue así como me gradué de “mamerto”, “uribestia”, “apátrida”, “bruto”, “rolo”, “Mondongo”, hincha del rey de compras”, “hijo de puta” (con las más innovadoras formas de escritura para no ser censurado por el sistema) y demás apelativos de incalculable creatividad, que no alcanzaría a nombrar en su totalidad.

Sin embargo, y a pesar de haber recibido en algunas ocasiones una cantidad de comentarios que seguramente jamás obtendré en este blog, decidí que ya no quería seguir teniendo como centro de operaciones el blog en Eltiempo.com, por un lado por el nuevo diseño en el cual ya perdería irremediablemente la visibilidad anterior (motivo principal para estar allí) y por mi natural tono grisáceo que rechina con colorido de este nuevo “Tiempo”.

Por otro lado, fue un daño irreparable para mi sentimiento de seguridad y confianza propia el no poder codearme con los vecinos de antes, de los cuales me nutrí y seguramente me seguiré nutriendo desde la “distancia” para llenar este nuevo blog. Lo anterior lo digo porque con el nuevo diseño de eltiempo.com, ya nunca más estaré al lado de calumnistas como Jose Obdulio, Fernando Londoño, Poncho Rentería, Plinio Apuleyo Mendoza o Paulo Coelho (¿?).

Las anteriores razones me trajeron de vuelta a mi viejo y humilde Blogger, donde tuve que quitar las telarañas, abrir cortinas, pintar el letrero y rellenar con las viejas entradas del blog en eltiempo.com, sólo para que se note que en nuestro país en 3 años no pasa nada; o mejor, sí pasa mucho, pero siempre lo mismo, con nuevos personajes o con viejos recargados. Espero seguir dejando aquí un testimonio de que pasan muchas cosas por estas tierras, pero casi siempre son las mismas, haciendo de este país un loop interminable.

El blog de eltiempo.com probablemente continúe con otro nombre y con las siempre agudas apreciaciones de su dueño original, Thorik. Posiblemente yo haga algunos aportes en ese blog y Thorik en este, pero mi nueva oficina será acá, en www.in-version.blogspot.com, donde con gusto, si deja un documento a la entrada, se les atiende (de 8 a 12 y de 2 a 5) y Helenita estará complacida en ofrecerles el tinto quemado o vaso de agua de rigor.