miércoles, 18 de julio de 2012

El juicio express

Al vaivén de las indignaciones que emergen semana tras semana en Colombia y que se hacen particularmente visibles en medios digitales, en estos días el Cauca ha sido el Trending Topic (nada más apropiado que referirse al tema “caucano” con este anglicismo tan significativo como efímero). Vale la pena aclarar que al hablar del Cauca, obviamente no se trata de la situación de la región o cómo han vivido históricamente sus habitantes, acá de lo que se habla es de los hechos recientes que se podrían condensar muy bien en esa portada tramposa de El Espectador, que muestra a un soldado llorando con un gran título que dice “Desplazados”, con toda la ironía que trae el uso de esa palabra en un país como Colombia.

Sumado a este tipo de primeras páginas de prensa, que refuerzan la manida frase aquella de que una imagen vale más que mil palabras, se suman entonces Daríos Arizmendis*, que desde su micrófono en la calle 67 de Bogotá, editorializa la situación o Julitonomecuelgues que viendo cómo está el cielo en Madrid pretende también dar su visión de lo que pasa en aquella región que solamente se ‘descubre’ al momento de registrar soldados expulsados, aviones caídos u otros temas que según estos periodistas de chapinero merezcan la atención nacional.
 
Entonces empieza la gente a hablar de que el “Estado” debe hacer presencia legítima en la región, asumiendo ingenuamente que esos soldados son el Estado, o a opinar sobre la relación de los indígenas con la coca, sin preguntarse si de pronto para ellos eso pueda tener un significado ancestral distinto al del perico que se consume en las fiestas a las que van esos mismos periodistas que interpretan "la realidad". Tampoco se sabe muy bien qué presencia tiene allí la guerrilla y cómo ha sido la pugna que tienen con los habitantes de la zona, ni qué significa para ellos el territorio, que incluso puede ser sagrado. Por el contrario, algunos prefieren asumir que el indígena, por el sólo hecho de ser indígena, es un ser de paz incapaz de endilgarse causas detestables como la de la guerrilla y que ese pinche soldado de 20 años es un demonio violento.

En general, lo único que fluye es ignorancia, como casi siempre. Sin embargo, lo que se hace evidente en las redes sociales es el placer por emitir juicios que se regodean en esa ignorancia y como Facebook o Twitter son para todos, lo único que se devela es la capacidad que tiene Colombia para prejuzgar su propia realidad y dirigir su destino teniendo como mapa de ruta la incomprensión absoluta de cualquier cosa.

* Llega el día en el que el periodista debe dar un discurso

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