jueves, 21 de junio de 2012

Senador colombiano. 1. m. Eduardo Merlano.

Hasta hace un par de semanas la mayoría del país no tenía la menor idea de quién era Eduardo Merlano. Es probable que aún hoy muchos no sepan quién es, aunque pueda sonarles familiar ese nombre. Si digo en cambio que es el Senador que hace un tiempo manejaba sin pase y que se negó a hacer la prueba de alcoholemia, luego de ser detenido en un retén de la policía, seguramente se prenda el interruptor de la indignación colectiva y todos sepan inmediatamente quién es este personaje tan representativo del zoológico político nacional.

Sólo un video (un segmento específico de “vida real”), como es costumbre, pudo prender las alarmas del “colombiano de bien” y llevarlo a pensar que es muy nocivo que un tipo como Merlano esté en el Congreso, pero sus votantes y los neo-indignados, por ejemplo, jamás se preguntaron qué estaría haciendo este señor en el día a día por mejorar sus vidas o por lo menos por cumplir las promesas que hizo en campaña. Al final este senador sucreño es solo uno más de los tantos que se pasean por el Capitolio sin hacer mucho más que votar lo que les dicen que voten y que aún no han tenido la fortuna de tocar la fama por cuenta de un video en el que se registre alguna parte de su fraudulenta cotidianidad.

El caso de Merlano suscitó una competencia numérica en Twitter, ese cómodo lugar desde el que muchos esperan cambiar el mundo con un hashtag, en la que a través de una cuenta, con el fin de motivar la renuncia del senador, los usuarios buscaban superar los 50 mil votos que dijo tener Merlano los cuales, según él, lo legitimaban para evadir los controles.

Sin embargo, a pesar del malestar general que ha despertado este episodio, ésta es una historia ya vivida; al fin y al cabo si hay algo constante en Colombia es que todo se repite, sobre todo indignaciones estridentes que se van fundiendo en el olvido hasta que aparece otra declaración o video polémico. Recordemos tres videos que en su momento despertaron la furia de algunos, pero que ahora son cosa del pasado, pues entre uno y otro han surgido decenas o cientos de indignaciones nuevas, como la de Merlano ahora, que así como estas, auguro que rápidamente pasará al olvido.


¿Dónde está Benedetti ahora? ¿No fue después de esto que llegó a ser presidente del Senado? ¿Cuál es la ocupación actual de Maritza Martínez, quien también aparece en el video? Los dos están hoy en el senado y mientras la industria tamalera siga activa, ellos podrán mantener sus curules.

¿Saben para dónde va esa camioneta que acaba de pasar por las vías de Transmilenio? Sí, va para el concejo de Bogotá, la maneja Álvaro Caicedo, quien a pesar del escándalo de ese entonces ocupa una vez más el puesto de concejal al cual se aferra más que al timón de su carro cuando decide evadir la ley.

“Somos necias, insoportables, somos agresivas y provocamos reacciones como la del Bolillo” “Si mi marido me casca es porque yo me la gané”. ¿Qué pasó con Liliana Rendón? Nada. ¿Dónde estará próximamente? En cualquier escenario político que se gane gracias a los votos, sí, ese insumo que nunca faltará mientras haya mercados, tejas y cemento por repartir.

En un recuento como este nos podríamos extender hasta donde quisiéramos, porque en Colombia siempre pasa lo mismo. Y seguirá pasando mientras ellos sigan ganando votos, o por lo menos hasta que quienes reciben mercados, tamales y tejas abran una cuenta en Twitter y decidan cambiar su voto por la satisfacción de limpiar la conciencia con un hashtag.

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