lunes, 10 de mayo de 2010

La "Ola verde" me está ahogando


Tal y como en el extinto Festival de la trova en Sábados Felices y después de desechar temas como el salario mínimo, la minifalda y la suegra, el sorteo para definir el tema de esta nueva entrada (evento que, con la elegancia que nos caracteriza, contó con la supervisión de la doctora Rosalba Melgarejo, delegada de alcaldías locales) determinó que debería referirme en esta ocasión a la "Ola verde".

Para empezar tengo que admitir que cada día me siento más ahogado por esta "marea", a pesar de que desde temprana edad me batí, en todas las piscinas de Apulo, en fuertes competencias de nado estilo perrito con mi tío Rafa. Aunque pensé que este entrenamiento sería suficiente para enfrentar cualquier adversidad acuática y así sobrepasar el oleaje, lo que está sucediendo sería mucho incluso para Michael Phelps.

Es imposible soportar esta creciente ola porque me rehúso a decirle "profe" a alguien distinto al señor de 50 años que juega fútbol en el parque del barrio todos los domingos con la camiseta de la empresa. Esta Ola se refiere a Mockus con el meloso apelativo de "profe", de la misma forma en que las gorditas del club de fans le dicen Ricky al señor Ricky Martin, como si fuera su amiguito de infancia.

No seré de la "Ola verde" porque no quiero lucir como una abuelita que empieza a descubrir las bondades del correo electrónico y se dedica a enviar presentaciones en Power point sobre la amistad, el amor o las maravillas de la naturaleza a sus nietos, pues no tiene interlocutores de su edad. Espero no enviar ni un solo mail en el que se hable del porqué Santos no es una buena opción, pues eso sería subestimar a mis corresponsales ¿No es acaso hiper-evidente esto cada vez que el candidato enmascarado abre la boca y entrecierra los ojos?

Espero no parecer uno de aquellos universitarios verdes que provistos de un espíritu activista y digihippie, se dedican ahora a "hacer país" a través de Flashmobs y marchas por causas justas, a pesar de que duraron ocho años pensando que los falsos positivos, las chuzadas, la Yidispolítica, la parapolítica, las zonas francas y la gestión presidencial de consejo comunal, entre otras cositas, eran parte del progreso de la democráticamente segura nación de Colombia es pasión, por lo cual no había que decir nada sino simplemente estirar el pulgar a los soldados en carretera.

No quiero ser testigo de los conteos regresivos en la página de Mockus en Facebook cada vez que se acerca su número de seguidores a una cifra terminada en cero y espero no integrar una ola en la que de un día para otro todo el mundo está más informado de las noticias políticas que el mismísimo Juan Gossain, mientras que personajes querendones y políticamente correctos, al estilo de Xiomi y buscando seguir las recomendaciones del "profe", publican por enésima vez el enlace a la  canción de la olvidada Farina; un cachaco, sabrosón y verde tropipop, o el poético y desafinado e inaguantable "
me muero de las ganas que me gobierne Antanas" .

Termino entonces esta entrada, no sin antes ponerme el sexy gorrito piscinero y un ganchito en la nariz, antes de que llegue esta incontenible "Ola verde" y me arrolle luego de leer el título y los dos primeros párrafos de esta entrada, porque seguramente no llegarán hasta esta parte, en la que confirmo mi voto no por ningún "profe", sino por Antanas Mockus, a pesar de su barba de duende, pero sobre todo a pesar de la fastidiosa "Ola verde".

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