martes, 6 de abril de 2010

Mockus no es posible



En la más reciente
columna de Daniel Samper Ospina que publicó en la revista Semana, expuso las más exóticas características de los políticos actuales y de los candidatos presidenciales para concluir con ello que Mockus es posible en Colombia, a juzgar por lo visto y sufrido por este pueblo en los últimos años.

Partiendo de la misma base que Samper, quien afirma tener pocos conocimientos políticos, yo que no soy más que un editorialista político de tienda adornada con mesas llenas de botellas de cerveza vacías, debo contradecirlo y asegurar así que Mockus no es posible.

Suficiente argumento para pensar que Mockus no es posible sería remitirse a la muestra más reciente de lo que quiere nuestra "Colombia tierra querida himno de fe y alegría", voluntad que se hizo evidente en las pasadas elecciones del 14 de marzo. A pesar de que ilustres políticos como Moreno Descaro o Venus Albeiro (siempre he sentido admiración por la creatividad de ese nombre), no hayan llegado al Congreso, otras joyas hasta hoy anónimas serán los próximos chupasangre partir del 7 de agosto. Son ellos los que verdaderamente representan los intereses de nuestros paisanos, y si hasta ahora les preocupa el anonimato de los nuevos padres de esta patria, no se afanen, pues más temprano que tarde se harán famosos e ilustres, más allá de los pueblos que inundaron con lechona y cemento.

Aunque es difícil que lo anterior no sea suficiente argumento para pensar en la inviabilidad de Mockus, por si alguien queda aún con la duda, podría esgrimir como nuevos argumentos las polémicas actitudes del exalcade de Bogotá en épocas pasadas de su alocada vida.

Muchos colombianos de bien, de aquellos de que agradecerían hasta con serenatas al presidente saliente mientras al mismo tiempo venden su voto al tamal con mejor presa, no estarían dispuestos a apoyar a Mockus porque mostró el extremo de su conducto digestivo cuando era rector de la Nacional. Algunos de ellos piensan que en caso de que el excéntrico candidato llegara a la presidencia podría hacer lo mismo frente a la reina Isabel o frente a Benedicto, aunque para tranquilidad de los que se imaginan esta escena, les aseguro que con las más recientes noticias y para evitar algún acercamiento sospechoso Mockus no osaría a tanto frente a dicho personaje. Sin duda, eso de bajarse los pantalones en público es más escandaloso que matar pobres.

Por otro lado, algunos esperan aún el vaso de agua en la cara de alguno de los actuales aspirantes a dirigir este país y temen que el guiñado actual líder de las encuestas, ante un ataque acuático, quede con el maquillaje corrido, lo cual desdibujaría la cara visible de los más sonados logros del Ministerio de defensa en los últimos años; obviamente no me refiero a los falsos positivos ni al reciente escándalo de corrupción con la firma alemana.

Sumado a todo, como si todo lo anterior no fuera suficiente, Mockus ha decidido ahora unirse a Fajardo, un mal vestido y despeinado que con esa pinta no podría representar a los colombianos de bien que llevan siempre bien puesta su corbata, su pelo milimétricamente cuadrado y saludan a los solados en las carreteras. Sin duda sería una vergüenza que el futuro vicepresidente tenga una facha de esas, más aún pensando en el contraste con el actual vicepresidente a quien rodea un halo de santidad que sumado a un hábito en su cabeza podría harcelo pasar por una monjita.

Por último, Mockus no es posible porque si el presidente Uribe logra acabar con la guerrilla en los 4 meses que le restan, tal y como lo prometió en sus campañas presidenciales, es posible que en Colombia no necesitemos ni siquiera de un presidente, pues para la mayoría de habitantes de esta comarca lo único que resta en este país es acabar con la guerrilla. Una vez acabadas las Farc no solo seremos el país más feliz del mundo, el del guarapo más sabroso, el de las mujeres más chuscas y el de la gente más recochera, sino que seremos una potencia mundial.

Como me temo que la guerrilla no se va acabar en los próximos 4 meses, pues los mitos populares dicen que las barbas de Cano y el bigote de Jojoy se remojaron en las mágicas aguas del río Táchira lo cual los hace invisibles a cualquier tropa o soldado, es imperativo escoger a un presidente que acabe con el único problema que le resta a esta próspera tierra y como el candidato del Partido Verde lo que pretende es cambiar la mentalidad de los colombianos, el país entra en un innecesario riesgo de perder el norte que ya identificó, aquel de tener la absoluta certeza de que la única solución al único problema que nos aqueja es echar bala a las Farc con seguridad (democrática). Por todo esto y mucho más, afirmo que Mockus no es posible.

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