jueves, 8 de abril de 2010

Si Mockus no es posible, Noemí sí lo es


Así como en los viejos tiempos, cuando al mencionar la palabra fútbol este blog se llenaba de improperios hacia el autor del texto, hace dos días el hecho de poner la palabra Mockus en el título del post anterior generó una considerable cantidad de visitas y comentarios (en el blog de Eltiempo.com). Como gran parte de ellos hicieron énfasis en mi insensatez y demás pecados del mediocre texto, he decidido continuar con la terapia, dadas mis innatas inclinaciones hacia el abucheo popular, sobre todo si es de los lectores de este blog.

En esta ocasión,
una vez argumentada la inviabilidad de Mockus en Colombia, debo confesar mi admiración sincera hacia Noemí Sanín, una mujer que podría definirse como la política por antonomasia. Como en la democracia, nuestro sistema político, los mandatarios son la representación del pueblo, Noemí perfectamente podría ser una presidenta idónea.

Les pido para comenzar que pasemos por alto la modesta y humilde
publicidad que está promoviendo por los últimos días su campaña, en la cual, olvidando los grandes logros traducidos en transformaciones sociales y políticas que Noemí ha obtenido en las últimas décadas, el argumento esgrimido para que los colombianos la escojamos es que tiene un par de ovarios. Por supuesto como se hace evidente con esta campaña, que Noemí tenga un útero es más que suficiente para que sea presidente, de lo contrario no podría compararse con Golda Meir o Rosa Parks.

Pero como para los que exigen demasiado, el simple hecho de compartir género con Indira Ghandi no es argumento suficiente para llegar a la presidencia, se hace necesario hacer un poco de memoria sobre el recorrido de Noemí. Su reconocimiento público comenzó en la década de los ochenta, cuando siendo ministra de comunicaciones, nos puso a vibrar con lo que más nos gusta, un emocionante partido de fútbol mientras el ejército salvaba la democracia (maestro!!) en la impecable retoma del Palacio de Justicia. En pocas palabras: le debemos la conservación de la democracia a ella.

A partir de ese entonces con su garbo y simpatía siempre intactas, que envidiarían incluso otras reinas como Vanessa Mendoza o Catalina Inés Acosta, le ha hecho el quite a la imbecilidad, tomando en cuenta las palabras del también candidato Juan Manuel Santos quien afirmó que "sólo los imbéciles no cambian cuando cambian las condiciones". Si hay algo que Noemí ha hecho con gran sapiencia es cambiar frente a los retos de cada momento, lo cual le ha permitido trabajar con todos los gobiernos sin importar que en ocasiones anteriores haya tildado de ladrones o paramilitares, lo anterior producto de confusiones momentáneas y pasajeras.

Noemí, es sin duda la presidenta que Colombia necesita pues está comprometida totalmente a cambiar la política, acogida por el Partido Conservador, una fuerza renovadora y progresista comprometida con el cambio, es decir: cambio conservador (¿? todo un oxímoron).

Y si aún después de todo esto, no se convencen de que ella es la mujer ideal para el país, seguramente el campeón Cochise Rodriguez o Barrabas Gomez estarán encantados de convencer con amplios argumentos a los pocos escépticos, no en vano estas figuras del deporte acompañaron a la candidata a inscribir a su fórmula vicepresidencial.

PD: Al finalizar este texto se conocieron los resultados de una nueva encuesta en la que Noemí ahora es tercera, pero no hay que temer, ningún candidato es tan carismático, tiene tanta naturalidad y conocimientos de todos los temas (incluso temas médicos como la enfermedad holandesa) como Noemí. Ya ella lo dijo: está feliz por el resultado...Noemí siempre está feliz.

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