sábado, 6 de septiembre de 2008

Colombia 5 - Resto de la historia 90


Después de algunos meses en los que no nos habíamos vuelto a pronunciar sobre el siempre violento tema del fútbol en Colombia, un hecho histórico tan importante como la Batalla de Boyacá, por el cual deberíamos instituir un día festivo, nos convoca en este espacio para volver a recibir los improperios de siempre cada vez que mencionamos tan pasional deporte.

Hace un par de días, cuando me encontré con un blog que decía que seguíamos pendientes del 5-0 contra Argentina, pensé que el autor estaba un poco equivocado, pues aunque ese fatídico marcador sí lo recordaron los (payasos de restaurante) periodistas deportivos por varios años, últimamente no había vuelto oír ninguna payasada más perifoneada al respecto.

Sin embargo, ayer cuando se cumplieron 15 años del enano acontecimiento, encuentro con sorpresa que en la página futbolred recordaron la fecha como si hubiera sido algo muy trascendental en la historia nacional. En dicha página buscaron a los ahora barrigones y enchancletados protagonistas de ese partido y de nuevo Colombia, el país de la “pasión”, se emociona por una época que quién sabe cuando se repetirá, si es que algún día se repite.

Sin duda, por esos años muchos factores fueron fundamentales para que la selección cafretera fuera muy “buena”, pero lo hecho en las eliminatorias de ese entonces (incluyendo la popular goleada) era un espejismo que emocionó a los más ingenuos que olvidaron que nuestro fútbol es igual a nuestra realidad: pobre, corrupto y tercermundista.

Cabe recordar que después de dicha goleada la selección llegó al mundial de Estados Unidos para hacer un ridículo igual de apoteósico que el 5-0. Ese episodio lo he bautizado como el 0-4; el primer gol en contra fue el cómico debút de la selección “revelación del fútbol mundial y virtual campeona” contra Rumania, el 0-2 fue perder contra la insipiente y por ese entonces ingenua selección de Estados Unidos, la tercera auto anotación fue haber por fin ganado contra Suiza, cuando lo más justo hubiera sido mantener la coherencia y perder nuevamente, y para rematar el más bonito autogol, que de haber sido dentro de la cancha se hubiera parecido a un chilena: la muerte de Andrés Escobar, colofón perfecto del gran ridículo de dicho mundial y muy apropiado para este criminal país.

Luego, el mundial de Francia fue igual de risible, con el agravante de una desmesurada celebración con harina y pitos (no se si también muertos) por haberle hecho un miserable gol a la aún más miserable selección de Túnez. De allí en adelante todo ha sido igual o peor, el equipo colombiano no hace nada importante y tal vez por seguir recordando el maldito 5-0 todo el mundo espera que este país tenga un campeón mundial y salen a relucir estupideces tan grandes como la osadía de pedir la sede del mundial, eso sin mencionar el grandioso argumento del vicepresidente al comparar el mundial de fútbol con el de críquet o bádminton o pelota vasca o algún deporte de esos que por su pequeñez no recuerdo exactamente.

Como siempre, Colombia juega muy bien contra las mejores selecciones: Francia, Brazil, etc.…pero siempre pierde y entonces el manido dicho aquel de “jugamos como nunca, perdimos como siempre” se convierte en lema del equipo, y juega muy mal contra cualquier Bolivia, Sudán o Liberia y tampoco satisface a la ilusa afición.

No me atrevo a pronosticar qué pasará hoy frente a Uruguay, pero eso sí espero que una victoria no lleve a los enceguecidos periodistas a pensar que Colombia será campeón en Sudáfrica, y si la selección pierde, ojala los aficionados sepan que eso es una situación normal para un fútbol mediocre que algunas veces gana y muchas otras pierde, de hecho son más las frustraciones que las escasas alegrías. Por lo demás, ojalá la maldición de Barrabas se apodere de MI selección en el partido de hoy y terminen todos pensando en el ya suficientemente mencionado 5-0 para que de esta forma, todos los aficionados se den cuenta de la realidad de nuestro pobre y asesino fútbol.

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