sábado, 4 de octubre de 2008

Argemiro Manifiesta (otra vez)


Revitalizado por la más reciente victoria en las simultáneas de parqués en las que participan todos los pensionados de su barrio, mi tío abuelo Argemiro me llamó para agradecerme por ser su contrincante habitual en tan divertido juego, lo cual constituyó un entrenamiento fundamental para su victoria.

Ya avanzada la conversación, me preguntó sobre el blog, a lo cual le comenté que seguía tan malo como siempre, pero eso sí luchando con constancia para ser cada vez peor. Él, que ya tuvo la oportunidad de escribir en este espacio, me pidió el favor de publicar otro de sus textos, a lo cual no me pude negar. Sin embargo quiero aclarar que las ideas acá expuestas no representan ni el pensamiento de Thorik ni el mío, simplemente reproducimos el texto tal y como lo envió este diestro y conservador jugador de parqués.

Este es el texto de Argemiro:

“Qué ironía la de este glorioso país, parece que la mejor contradicción para resumir la situación actual sería: ¡injusta la justicia! Sin duda, como ya lo comenté en una anterior oportunidad en este mismo espacio, la justicia de este país está muy mal y con gran congoja nos encontramos los ciudadanos de bien, que hemos visto la forma ignominiosa en la que los otrora héroes de la patria han sido vilipendiados y calumniados hasta ser tratados como malandrines de quinta.

Es el caso del impoluto general Del Río quien, fiel a sus juramentos militares de salvaguardar la seguridad de esta gran Nación, quitó del camino –como se quitan piedrecillas del sendero - a muchos campesinos de esos revoltosos que no permiten a la gente bien del país disfrutar en paz de sus terrenos de descanso en el campo.

Así mismo ha sido calumniada la fuerza pública, luego de la desaparición de once jóvenes de Soacha cuyos cadáveres fueron encontrados en Ocaña. Algunas mentes viles han osado afirmar que fueron ejecuciones extrajudiciales por parte de la grandiosa fuerza pública del país que lo único que hace es proteger los intereses de la gente de bien. Afirman todos aquellos malquerientes de la patria que pudo haber sido para que el ejército los mostrara como un triunfo de seguridad democrática. Yo me pregunto ¿a cuento de qué nuestro amado ejército debe quedar bien con alguien? Es bien sabido por los más lúcidos que es una institución intachable.

Muy sabiamente reza el dicho: 'no hay muerto malo', pero vaya uno a saber qué mañas tenían esos jóvenes que ahora hacen lucir como víctimas, no se les haga raro que hasta fueran unos aberrados homosexuales y hasta marihuaneros.

Apoyo esa política de seguridad preventiva, apoyo que se tomen cartas en el asunto con cualquier sospechoso y potencial guerrillero, así como lo ha hecho el inteligentísimo y estratega presidente Bush que ha decidido ir a buscar malhechores en Afganistán e Iraq antes de que vuelvan a atacar a sus conciudadanos. Lo peor es que muchos descarados e insolentes salen a quejarse por los merecidos castigos a terroristas en Guantánamo y Abu Ghrabi

Ojalá esta patria hermosa pudiera volver a ser como fue en los tiempos del presidente Turbay, cuando gracias al Estatuto de Seguridad se respiraba paz por doquier, porque mientras la gente de bien se divertía, los malandrines pagaban por sus actos. Ah!! Tiempos aquellos”.


PD: Para quienes quieran conocer mejor a Argemiro, pueden leer el texto publicado anteriormente por él en este espacio.

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